Lo que comenzó como una semana off-schooling allá en noviembre se convirtió al final en un mes y pico de vacaciones. Durante este tiempo, mientras una voz incómoda me recordaba todos lo que no estábamos estudiando, las semanas sin hacer nada de historia o ciencias o latín, otra voz me decía: aprovecha la oportunidad para estar con los niños, sin más. Para escucharles, jugar un poco con ellos, acompañarles, saber qué les interesa, mediar un poco en sus disputas...
De ahí surgió la idea para este artículo que podéis leer en Homeschooling Spain.
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