29 de mayo de 2012

Curso 'Charlotte Mason de manera fácil' ya disponible


Como anunciaba Silvia ayer en su blog, ya está disponible el curso de Stephanie Walmsley, Charlotte Mason de manera fácil.

He tenido el honor de hacer una pequeña colaboración en este curso, original de Stephanie y traducido por Silvia al español, y puedo decir que el curso merece la pena totalmente para iniciarse en la filosofía de Charlotte Mason. Además, es lo primero que hay escrito en español sobre el tema, si exceptuamos el trabajo de Silvia en su blog, y el de Yenia (inspirado en Charlotte Mason). (¿Conocéis algún otro blog en español sobre este tema?)

El curso es eminentemente práctico, sencillo y riguroso en cuanto a lo que escribió Charlotte Mason sobre educación.

Va dirigido sobre todo a familias homeschoolers, pero evidentemente no de forma exclusiva. Aunque los niños vayan al colegio, habrá padres interesados en hacer lo que se llama afterschooling, o enseñar en casa después del colegio ciertas materias que, o bien no están incluidas en el currículo escolar, o lo están pero no se enseñan como a uno le gustaría. Aquí también podría ser interesante conocer la forma en que Charlotte Mason recomendaba el estudio de la historia, la naturaleza, los libros vivos, etc.

Por último, siguiendo el enlace de abajo podéis, además de obtener información de primera mano sobre el curso, descargaros una biografía en español de Charlotte Mason, para ir abriendo boca.



Nota: Hay un descuento sobre el precio del curso hasta finales de junio.

Materiales para un nuevo curso, con 8 años

Hace un par de meses comencé a pensar en el currículo que seguiría con J, ya en 3º de Primaria a partir del nuevo curso escolar en septiembre. Realmente no me ha llevado un par de meses pensarlo, pues es básicamente una continuación de lo que hacemos ahora, pero la revisión del curso Charlotte Mason de manera fácil  me hizo parar apenas comenzadas a borronear unas páginas del futuro programa.

Lo cierto es que programar este tipo de cosas me gusta, fundamentalmente porque cuento con el libro de Susan Wise Bauer como guía. Me permite aclararme con los objetivos para cada asignatura, además de darme ideas sobre la metodología clásica que luego adapto. Por supuesto que los libros que recomienda están en inglés, y muchos no estarán ni traducidos, pero, o bien compro los libros que ella recomienda, o los sustituyo por algunos en español.

Como nuestra filosofía educativa es ecléctica, digamos que se basa mucho en la educación clásica secular, bastante en Charlotte Mason y un poco en el resto de métodos que conozco o que no conozco aún y aún así aplico (Montessori, unidades, unschooling... qué sé yo).

He puesto por escrito todo lo que creo que necesito -una programación para el año-, con libros, métodos, horarios, etc. Así luego sólo tengo que volver a mirar estas hojas, que coloco en mi archivador con información básica del hogar y del cole. Lo que viene ahora es sólo un vistazo al material físico que usaremos.


Lectoescritura: material de La Galera - libros (o cómics) elegidos por J para leer.

Matemáticas: Mamut 3º y MEP 2/3 año.

Historia: Story of the World 3, con su libro de actividades, más la Enciclopedia Usborne de Historia del Mundo (en inglés), y Una historia del mundo para los niños, de Hillyer.

Ciencias (Química): libros de experimentos y un par de libros Usborne sobre ciencia.

Latín: Minimus y Minimus Secundus.


Lectura en voz alta:

El Robinson suizo (La familia Robinson suiza), Johann Wyss
Cuentos de Tanglewood, Nathaniel Hawthorne
La isla del tesoro, Robert Louis Stevenson
El jardín secreto, Frances Hodgeson Burnett
Belleza negra, Anna Sewell
El mundo perdido, Sir Arthur Conan Doyle
La princesa y los trasgos, George MacDonald
La princesa y Curdie, George MacDonald
Cuentos de Shakespeare, Charles y Mary Lamb
El pequeño Lord Fauntleroy, Frances Hodgeson Burnett
Serie de La casa de la pradera, Laura Ingalls
El libro de la selva, Rudyard Kipling


Otras lecturas diarias, transmisoras de ciertos valores:

Mitología griega, Fernán Caballero
Nuevo testamento
Los grandes naturalistas, Robert Huxley
y otros que puedan surgir más adelante

28 de mayo de 2012

De numeración maya y matemáticas preescolares

Un par de ejemplos de los niños haciendo mates. Los he subido porque no son lo que hacemos habitualmente.


El primero, leyendo sobre los mayas, una de las actividades propuestas en el libro de historia era aprender la numeración maya hasta el 49. Su sistema es bastante curioso, de base 20, y aunque al principio parece complejo, no lo es tanto, al menos en los números bajos.


El otro es con V, de tres años. Es una propuesta del libro Slow and Steady, de June Oberlander. Corresponde a la semana de desarrollo de V. Se trataba de, indicándole qué número es cada uno, que ella colocase el número de objetos que corresponde en cada espacio.

27 de mayo de 2012

Artículo de Pérez-Reverte


Cuanto más aprendo, más disfruto del mundo y más lo comprendo. Esta es la herencia que quiero transmitir a mis hijos, para que aprendan, comprendan, disfruten y se conozcan más, a través del conocimiento acumulado en siglos de historia y vidas y pensamientos de otras personas que estuvieron aquí antes. Ya que podemos, caminemos 'a hombros de gigantes'...

Y ahora el artículo de Pérez-Reverte.




Carta a María


Tienes catorce años y preguntas cosas para las que no tengo respuesta. Entre otras razones, porque nunca hay respuestas para todo. Y además, he pasado la vida echando la pota mientras oía a demasiados apóstoles de vía estrecha, visionarios y sinvergüenzas que decían tener la verdad sentada en el hombro. Yo sólo puedo escribirte que no hay varitas mágicas, ni ábrete sésamos. Esos son cuentos chinos. De lo que sí estoy seguro es de que no hay mejor vacuna que el conocimiento. Me refiero a la cultura, en el sentido amplio y generoso del término: no soluciona casi nada, pero ayuda a comprender, a asumir, sin caer en el embrutecimiento, o en la resignación. Con ello quiero sugerirte que leas, que viajes, y que mires.


Fíjate bien. Eres el último eslabón de una cadena maravillosa que tiene diez mil años de historia; de una cultura originalmente mediterránea que arranca de la Biblia, Egipto y la Grecia clásica, que luego se hace romana y fertiliza al occidente que hoy llamamos Europa. Una cultura que se mezcla con otras a medida que se extiende, que se impregna de Islam hasta florecer en la latinidad cristiana medieval y el Renacimiento, y luego viaja a América en naves españolas para retornar enriquecida por ese nuevo y vigoroso mestizaje, antes de volverse Ilustración, o fiesta de las ideas, y ochocentismo de revoluciones y esperanzas. O sea, que no naciste ayer.


Para conocerte, para comprender, lee al menos lo básico. Estudia la Mitología, y también a Homero, y a Virgilio, y las historias del mundo antiguo que sentó las bases políticas e intelectuales de éste. Conoce al menos el alfabeto griego y un vocabulario básico. Estudia latín si puedes, aunque sólo sea un año o dos, para tener la base, la madre, del universo en que te mueves. Da igual que te gusten las ciencias: ten presente —como siempre recuerda Pepe Perona, mi amigo el maestro de Gramática—, que Newton escribió en latín sus Principia Mathematica, y que hasta Descartes toda la ciencia europea se escribió en esa lengua. Debes hablar inglés y francés por lo menos, chapurrear un poco de italiano, y que el estudio del gallego, del euskera, del catalán, que tal vez sean tus hermosas y necesarias lenguas maternas, no te impida nunca dominar a la perfección ese eficaz y bellísimo instrumento al que aquí llamamos castellano y en todo el mundo, América incluida, conocen como español. Para ello, lee como mínimo a Quevedo y a Cervantes, échale un vistazo al teatro y la poesía del siglo de Oro, conoce a Moratín, que era madrileño, a Galdós, que era canario, a Valle-Inclán, que era gallego, a Pío Baroja, que era vasco. Rastrea sus textos y encontrarás etimologías, aportaciones de todas las lenguas españolas además de las clásicas y semíticas. Con algunos de ellos también aprenderás fácilmente Historia, y eso te llevará a Polibio, Herodoto, Suetonio, Tácito, Muntaner, Moncada, Bernal Díaz del Castillo, Gibbon, Menéndez Pidal, ElIiot, Fernández Álvarez, Kamen y a tantos otros. Ponlos a todos en buena compañía con Dante, Shakespeare, Voltaire, Dickens, Stendhal, Dostoievski, Tolstoi, Melville, Mann. No olvides el Nuevo Testamento, y recuerda que en el principio fue la Biblia, y que toda la historia de la Filosofía no es, en cierto modo, sino notas a pie de página a las obras de Platón y Aristóteles. Viaja, y hazlo con esos libros en la intención, en la memoria y en la mochila. Verás qué pocos fanatismos e ignorancias de pueblo y cabra de campanario sobreviven a una visita paciente a El Escorial, a una mañana en el museo del Prado, a un paseo por los barrios viejos de Sevilla, a una cerveza bajo el acueducto de Segovia. Llégate a la Costa de la Muerte y mira morir el sol como lo veían los antiguos celtas del Finis Terrae. Tapea en el casco viejo de San Sebastián mientras consideras la posibilidad de que parte del castellano pudo nacer del intento vasco por hablar latín. Observa desde las ruinas romanas de Tarragona el mar por el que vinieron las legiones y los dioses, intuye en Extremadura por qué sus hombres se fueron a conquistar América, sigue al Cid desde la catedral de Burgos a las murallas de Valencia, a los moriscos y sefardíes en su triste y dilatado exilio. En Granada, Córdoba, Melilla, convéncete de que el moro de la patera nunca será extranjero para ti. Y sitúa todo eso en un marco general, que también es tuyo, visitando el Coliseo de Roma, la catedral de Estrasburgo, Lisboa, el Vaticano, el monte San Michel. Tómate un café en Viena y en París, mira los museos de Londres, descubre una etimología almogávar en el bazar de Estambul o una palabra hispana en un restaurante de Nueva York, lee a Borges en la Recoleta de Buenos Aires, sube a las pirámides de Egipto y a las mejicanas de Teotihuacán. Si haces todo eso —o al menos sueñas con hacerlo—, conocerás la única patria que de verdad vale la pena.

21 de mayo de 2012

El color del cristal...

Nota antes de comenzar: me voy a referir a continuación al área de la educación en casa, y en concreto a los blogs de gente que educa en casa.


De vez en cuando surgen voces entre los que leen los blogs de madres que educan en casa a sus hijos, quejándose en cierta manera de lo bonitas e inaccesibles que son las cosas que se muestran. La vida de estas mujeres parece de color de rosa, todo sale bien y es bonito. No se les quema nunca la comida, los niños aprenden latín y mandarín, y ellas hacen de todo todos los días porque son tan organizadas que pueden con eso y más.

Yo pienso que hay que saber leer en internet, sobre todo un blog. Hay que aprender a leer entre líneas.

No hay que confundir el continente y el contenido. Hay gente con blogs bonitos visualmente, que hacen preciosas fotos, o que de vez en cuando crean y publican cosas bonitas.

Pero, ¿es siempre así? ¿Todas sus actividades son tan bonitas y perfectas? Lo dudo.


Por otro lado, si una misma, de forma privada en un trozo de papel escribe todo -todo- lo que ha hecho en un día, ya sea en su casa, su trabajo o con sus hijos, todo eso 'abulta'. Te sientes bien de repente, cuando lo miras y piensas en lo que te ha cundido el día. Sencillamente, el escribir lo que uno ha hecho lleva a prestarle atención y a que te des cuenta de cuántas cosas hace uno cada día sin percibirlo.

Ahora bien, haciendo 'trampa'...

Puedes además adornar las actividades que haces con tus hijos; por ejemplo, no mencionando cómo reaccionaron frente a ellas, el tiempo que les gustó hacerlas, el tiempo que te llevó prepararlas...

O puedes publicar sólo actividades o proyectos que hayan gustado a tus hijos.

Y no decir que los niños han pasado de la actividad totalmente o que no les gustó.

O que prefieren jugar todo el día o ver la tele o lo que sea que prefieran en ese momento.

En fin, que todo lo que es estático (foto o entrada en un blog) y subjetivo (escrito por una madre) hay que mirarlo con lupa, tomar lo que te pueda ir bien o te guste, y no agobiarte por la supuesta perfección de quien lo escribe.

Tampoco digo que haya que usar el blog sólo como desahogo y escribir únicamente cosas tristes o iracundas o lo que viene a llamarse "la verdad de la vida". "La vida es dura", decía un capítulo de un libro de mi infancia, Historias de Jorge, y te partías de la risa cada vez que la frase se repetía.

Tomarse las cosas con sentido del humor suele ser lo mejor en estos casos -no digo tomárselo a broma, sino valorando críticamente lo que se nos presenta, pero con mente abierta a la vez.


Personalmente me gusta leer blogs de gente que escribe con sinceridad, aunque no hagan proyectos superguays. Es entonces cuando me aficiono a lo que escribe esa persona, me emociono y empatizo con ella, porque la sinceridad atrae. Me gusta leer cuando las cosas les han ido bien y cuando les han ido mal.

Me gusta leer blogs como el de Simon Webb o el de Valentina (ambos por desgracia un poco parados en el tiempo últimamente), que escriben críticamente de un tema, el homeschooling, en el que están involucrados personalmente. Aunque eso sí, no se trata de criticar vaciamente, sino proponiendo soluciones o al menos dejando una puerta abierta a cambiar o a mejorar. La crítica vacía sólo aporta... No aporta nada, sólo irritación que no va a ninguna parte.


Porque para que un proyecto salga adelante hay que ver lo bueno y lo malo, e intentar cambiar esto último. Es necesario reinventarse, mejorar lo que se pueda mejorar, potenciar lo positivo si lo negativo no puede eliminarse, dejar de quejarse y actuar.

Nuestras familias y la educación en casa se lo merecen.

15 de mayo de 2012

Aprender a leer antes

Es cierto que algunos niños pueden aprender a leer sorprendentemente pronto. Pero el hecho es que el que ellos puedan no necesariamente significa que deberían. Que deberían es otra cuestión. (Ruth Beechick)

La educación no es una carrera. Un niño que aprende a leer a los tres años no ha "ganado" de ninguna manera a un niño que aprende a leer a los seis o siete años. (David Elkind)

Ambas citas aparecen en el libro de Susan Lemons, Homepreschool and Beyond

En España, aunque creo recordar que no forma parte de los objetivos de la educación infantil, todos los niños (casi todos) salen leyendo a los 5 años.


Lo cual parece una locura, porque posiblemente más de la mitad de la clase podría aprender en menos tiempo (hay que recordar que les lleva a los maestros de infantil los tres años que dura este ciclo enseñarles a leer) si se les enseñase en 1º de Primaria, a los 6. 

Es más, los libros de lengua de 1º dedican prácticamente todo el primer trimestre a las letras del abecedario. Lo cual es absurdo porque los niños de esta edad ya saben leer en una gran mayoría y se aburrirán si tienen que pasar de nuevo por las letras durante dos o tres meses más. Si no saben leer -porque siempre hay uno, dos o tres que no han conseguido aprender todavía, lo que dicen los padres y los profesores es que retrasan a los demás en clase.

Aunque tampoco estoy de acuerdo con el otro extremo, representado por las escuelas Waldorf, que no enseñan por principio las letras hasta los 7, pese a que haya niños que lo pidan.

Lo ideal sería esperar a que el niño esté preparado para aprender. Puede que piensen los profesores que les sobrecargaría tener varios niveles de enseñanza en clase, o los padres, que su hijo irá retrasado si aprende a los 7 en vez de a los 4.


Pero, ¿no sería mucho más rápido para los profes, y menos frustrante, enseñar a leer a niños que lo piden y que en pocos meses podrían conseguirlo, sin sentirse demasiado forzados a aprender? Y el que un niño aprenda a leer antes no está demostrado que mejore su nivel académico en el futuro
.

14 de mayo de 2012

Por qué quiero que mis hijos estudien química...

Después de leer Mala ciencia, de Ben Goldacre, o este artículo, Las terribles sustancias químicas, en El retorno de los charlatanes, quiero que estudien química para que estén informados y no se dejen engañar, entre otras muchas razones.

Porque a poco que uno que ha estudiado química en el instituto lo piensa, no es difícil representarse mentalmente el monóxido de dihidrógeno.

11 de mayo de 2012

Lo que otros han dicho #15


:: La vía civil tras la sentencia del TC, en La opción de educar en casa
:: Leer con prisas, en Lecturalia
:: Fifteen ideas for a "mental health" day, en The Homeschool Classroom
:: Según la melodía, en Un poema cada día

No mires con tanta importancia
a los bienes y a la riqueza,
mas sí a cada hora y minuto
de tu adolescencia.
La flor hay que cogerla a tiempo,
antes de que se mustie.
Si no, sólo te quedas
con la rama desnuda y seca.


Du Qiulian (poetisa)

(siglo IX)

9 de mayo de 2012

Dejadles solos


Estoy leyendo, entre varios otros libros, uno llamado The Idler Parent, de Tom Hodgkinson, que es el autor de aquel manifiesto del padre perezoso. Es un libro sin desperdicio, cuyo lema es que la crianza y la educación de los niños consiste en 'dejarlos solos'. Tiene además ese humor inglés que hay que saber coger, leyéndolo con la mente abierta, porque si no puede que te ofendan algunos comentarios. Pero hasta ahora lo estoy pasando bien (llevo dos capítulos enteros y dos medios).


Esta es una cita del libro, en el capítulo 'No busques la perfección o Por qué los malos padres son buenos padres', en la página 33:
Sé estricto cuando los niños son pequeños, dice [refiriéndose a una cita de John Locke], y dales más indulgencia y libertad según vayan creciendo. Con demasiada frecuencia, dice [ibídem], la gente lo hace al revés, pero: 'la imperiosidad y la severidad no son sino formas de tratar mal a los hombres, que tienen sus propias razones para guiarse, a menos que tengas una razón para hacer que tus hijos, cuando crezcan, se cansen de ti, y secretamente se digan para sí mismos, ¿Cuándo morirás, padre?'

Y que conste que dejarles solos no significa libertinaje ni nada por el estilo, sino no interferir en su desarrollo, su juego, etc. Algo parecido a lo que también propicia Charlotte Mason en sus escritos.

8 de mayo de 2012

Divagaciones en torno al homeschooling. Contenido y forma

Diría que cuando se nos ve desde fuera a las familias que hacemos homeschooling, mucha gente piensa cosas como que qué interesante porque el niño se educa en libertad, que el niño puede seguir sus intereses y cosas así, un poco todo dentro de la mitología que se ha creado en torno a la educación en casa, al menos en nuestro país. Me parece que las cosas son menos "flower-power" que todo esto, aunque algo sí que hay.


Nunca he pensado que las familias que educan en casa sean especiales ni que los niños sean mejores o peores que otros por no ir al colegio. Al menos, nosotros no lo somos. Las cosas cotidianas son más prosaicas que tanto deslumbramiento con la educación en casa (que está muy bien, pero que hay colegios buenos y profesores que se preocupan; el homeschooling es otra opción más, tan válida como un colegio).

Soy de la opinión (espero que como varias otras personas de este mundillo) de que los niños deben tener una serie de conocimientos básicos para andar por el mundo. No creo que vayan a entrar en contacto con ciertas lecturas, autores, hechos, etc., si no se los presentamos los adultos que los rodeamos. No creo que sea una herejía el tener un programa educativo para cada año o el hacer cada día tareas académicas con ellos -lectura, escritura, mates, ciencias...

En los primeros años de la educación de un niño, estas materias formales no deberían llevarse más de dos o tres horas al día. Luego ya viene la educación libre, el que el niño pueda seguir sus intereses, sobre todo si estos son jugar y jugar.

Lo que sí podemos hacer las familias que educamos en casa, tanto las que hacemos homeschooling como las que no (pero más las primeras por su libertad de cátedra) es elegir la forma de presentar estas materias de acuerdo con la manera en que cada niño aprende: mediante lecturas, expresión artística, haciendo fichas o siguiendo libros de texto, con lapbooks o viendo documentales en la tele.


Ese es el equilibrio o forma ideal en que veo la educación en casa:

unos contenidos básicos, 
un método para aprenderlos que se adapte al niño, 
mucho tiempo libre para seguir las inclinaciones personales.

7 de mayo de 2012

La educación en casa con un preescolar


Del libro de Susan Lemons, Homepreschool and Beyond, p. 71 (traducción mía):

Muchas familias escogen tener un tema más una letra de la semana, número de la semana, color de la semana, etcétera. Personalmente he encontrado este énfasis académico aburrido e innecesario. Puesto que mi objetivo no es "preparar a mis hijos para kindergarten [los 5 años en el cole]", nos concentramos más en aprender sobre nuestro mundo (ciencia sencilla) y en los pensamientos e ideas de otros (literatura). Animamos la creatividad en el juego, el arte y los juguetes de construcción. Este es un aprendizaje verdadero, apropiado para el desarrollo.

4 de mayo de 2012

Lo que otros han dicho #14

Los chaparrones primaverales nos impidieron salir a recoger flores para celebrar el 1 de mayo, Beltane, la entrada del verano para los celtas. Hubiésemos probado a hacer coronas con dientes de león. Pero también un mini árbol de mayo, del libro de tradiciones victorianas de Mrs. Sharp cumplió con la llegada de este día.

Unos enlaces:

:: Liebres o tortugas, en Charlotte Mason en español
:: El Comando de Liberación Bibliotecaria, en Lecturalia
:: Respuesta a un artículo de Carmen Posadas, en Plataforma por la Libertad Educativa
:: Egipto, en Paideia en familia

3 de mayo de 2012

Saber latín, en "Saca la lengua"

Es un programa emitido hace unos meses, que yo vi el otro día repetido en televisión.




Hablan también del Circulus Latinus Matritensis, del que por supuesto yo no sabía ni una palabra y que me encantó.

2 de mayo de 2012

Consejo de Charlotte Mason

 (fuente de la imagen haciendo clic sobre ella)

En un artículo de la semana pasada en Simply Charlotte Mason, se aconsejaba esto, en palabras de la señora Mason:
“State your theory and practice, but attack nothing. Be indignant at nothing. When people’s minds are put on the defensive they have no room to receive new ideas” (The Story of Charlotte Mason, p. 106).

Viene a decir:
"Expón tu punto de vista respecto a la teoría y práctica [de lo que haces, en este caso, educación en casa], pero no ataques nada. No te indignes por nada. Cuando las mentes de la gente se ponen a la defensiva, no tienen espacio para recibir nuevas ideas".

Supongo que todos nos hemos encontrado con esas situaciones en que al explicar lo que hacemos -educación en casa, por ejemplo- la otra persona reacciona agresivamente.

Quizás de forma inconsciente estamos atacando su modus vivendi, de manera que esa persona que escucha siente que la culpabilizamos, aunque a fin de cuentas, es ella misma la que se culpabiliza. Si uno se siente bien con la opción que elige -ya sea en cuanto a cómo educar a sus hijos, la ropa que lleva o el libro que lee- no hay motivo para ofenderse por que otra persona diga que ella hace algo distinto (siempre y cuando no se diga agresivamente).

En cualquier caso, es buena idea no atacar la opción del otro.

Decir que educo a mis hijos en casa porque las escuelas son terribles, aunque sea cierto, quizás no sea lo más asertivo en una conversación, al menos al principio y cuando no conozco a la otra persona.

Personalmente prefiero dejar que la conversación fluya, ya que he encontrado que la otra persona acaba reconociendo el mal estado de la educación en general y empatiza con nuestra educación en casa (casi siempre).

Quizás ella envía a sus hijos al cole porque esa es la mejor opción para su familia. Además, muchas veces estas personas se han implicado en la educación de sus hijos, para mejorarla, bien sea participando más en los colegios a través de las asociaciones de madres y padres, bien haciendo afterschooling con sus hijos.

A fin de cuentas, todos queremos lo mejor para los niños, cada cual según su historia personal y familiar.

[desconozco el origen del dibujo]

Como dice Marvan, telepatía pura. Hoy ha publicado una entrada sobre este mismísimo tema.

Silvia también había pensado en escribir una entrada sobre el mismo tema a raíz del mismo post de SCM, y aquí está.

1 de mayo de 2012

El queso, el indio y el ratón

A raíz de un comentario que hice en una entrada de un blog de Paloma, me quedé con la mosca detrás de la oreja. ¿Por qué? Equiparé a Geronimo Stilton con Kika Superbruja, como literatura de baja calidad, y al parecer los libros del ratón Stilton tienen bastante éxito entre los niños, incluidos los hijos de Paloma.

Atenta entonces a lo que pudiera encontrar, el otro día leí un artículo sobre este tema en un número atrasado de CLIJ. Pensé que me desvelaría las claves del éxito de estos libros entre la infancia.

Gran error por mi parte.

Aparte de unos datos que son a mi entender lo más interesante del artículo, poco se dice del por qué tantos niños admiran y leen a Stilton.


Lo más interesante que leí fue que el origen del nombre del queso, que a su vez da nombre al ratón, estuvo en una confusión de Daniel Defoe (el escritor), y que Geronimo no tiene su origen en el indio homónimo, sino en ese grito que se lanza en las series americanas cuando uno va a hacer algo peligroso.


Por lo demás (y siempre estoy hablando de este artículo en cuestión)

.. aparece una entrevista hecha al ratón en cuestión en un suplemento infantil hace unos años, donde lo que queda claro es que él o quien le pone las palabras en la boca es un sosainas de cuidado;
.. se aclara, por si no se sabía, que estos no son los libros que educadores o profesores recomendarían a los niños por su calidad literaria, pero que la fama les ha llegado por el boca-oreja, o sea, de lector a lector.



En cuanto a lo que a mí me interesaba más, que es el por qué de su éxito... quién sabe. Sólo dos cosas parecen atribuise a ellas en este artículo:

una, el diseño, con ilustraciones coloreadas y tipografía distinta para resaltar expresiones, sonidos, etc.
dos, que a los niños les gusta porque al ratón le pasan cosas. Le suceden aventuras, aunque él no las busque porque supuestamente es un ente tranquilo y nada aventurero.

Acabáramos. Que a los niños les gusta el ratón Stilton porque le suceden cosas me parece no decir nada. Generalmente uno lee libros porque pasan cosas, aventuras cotidianas o extraordinarias que le sacan a uno de su rutina. Si esa es la explicación del por qué de su lectura, ya me imagino la calidad de los libros.

Es cierto que no puedo opinar mucho. Joel no ha llegado a la fase en la que le guste Stilton (yo tampoco), aunque tiene unos cómics sobre unas aventurillas del ratón en distintos momentos de la historia, que leímos hace tiempo y nos hicieron gracia por el ambiente en que se desarrollan.

Los que tenéis hijos que lean a Stilton, ¿por qué los leen? ¿Qué es lo que les gusta? ¿Creéis que dejarles leer este tipo de libros, tan simples literariamente, puede no ser bueno para su desarrollo lector? ¿O es al contrario, en que pasas por la experiencia de lo simple y de ahí vas avanzando a mayores profundidades literarias? ¿O ni una cosa ni la otra?

Esta última pregunta la hago porque la crítica que he leído en la red con estos libros es la del temor (no sé si comprobado) de que los niños se queden en este tipo de libro tan simple y fácil de leer y no progresen.
Esta presentación, tan atractiva a los ojos de los primeros lectores, hay que tomarla sin embargo con cierta cautela: aparte de enmascarar una calidad literaria ciertamente limitada y unas historias repetitivas sin ninguna progresión en la complejidad de las tramas ni del vocabulario usado, convierten la lectura en algo excesivamente sencillo y de fácil acomodo; de tal manera que el acercamiento a otro tipo de textos pueda hacérseles a los niños demasiado duro en el caso de estar acostumbrados únicamente a este tipo de presentaciones. [fuente]

Sólo diré que yo leo (casi) todo tipo de literatura (que me guste), incluidas las revistas del corazón en la consulta médica, y eso no hace que mi amor por lo bien escrito vaya a menos. Todo lo contrario. Busco la literatura bien escrita con más gusto si cabe después de haber estado leyendo algo tan superficial y mal escrito como una revista de prensa rosa.

Pero claro, hablando de niños, para que les guste algo, antes han de haber estado expuestos. Para que les guste la buena literatura, antes les han tenido que leer buenos libros durante mucho tiempo.