Hoy hemos dejado de leer Las brujas, de Roald Dahl. Lo ha pedido J. Estábamos a mitad del libro y ha dicho:"No quiero que sigamos. Se va a convertir en ratón, ¿no? Jooo, no quiero que se convierta en ratón".
El libro es bastante duro para unos oídos tan jóvenes. Hasta para los míos. Es duro pensar en un niño de unos 8 años, que ha perdido a sus padres en un accidente; que sólo tiene a una abuela ya mayor y algo frágil; que se ve involucrado en una trama brujeril, donde las malvadas brujas inglesas pretenden convertir a todos los niños en ratones para que sean los adultos que los cuidan (padres, profesores) los que los maten poniendo ratoneras.
Entiendo que haya querido dejar la lectura. A mí me daría pesadillas, a su edad.
Mis hijos de 11 y 8 años (el año pasado) hicieron el mismo comentario. Hubo un momento que tampoco querían seguir, incluso el de 11 años.
ResponderEliminarAl final sí que seguimos porque estuvimos hablando sobre fantasía y realidad en los cuentos, pensamos posibles maneras de acabar y pensamos que quizás se iba a volver a hacer niño al final.
Lo acabamos, pero a mi también me quedó un poco la idea de que este libre es algo "raro".
Le he contado la experiencia de tus hijos, pero no parece querer seguir con el libro. Hemos llegado a la conclusión de que cuando sea algo mayor, mejor.
ResponderEliminarYo creo que es uno de esos libros de terror, excesivamente realista, que parece que pudiera pasar en la realidad o en una pesadilla, que no sé qué da más miedo.
1beso.
Me parece que hiciste bien. Nosotras también dejamos cosas de lado para más grandes, o simplemente las abandonamos.
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